Es una obra del siglo XVI del maestro trujillano Francisco Becerra. Su fábrica de mampostería se alza exenta, presentando sucesivas transformaciones de diferentes épocas. Es de notables dimensiones, con cabecera semicircular y elevada torre. Se conservan algunos objetos artísticos de gran valor: un magnífico Cristo de marfil del siglo XVI, procedente del Convento de las Dominicas, un cáliz y una cruz procesional de plata y otras piezas de orfebrería litúrgica. A finales del siglo XX se ha construido la Capilla dedicada al Santísimo Cristo de la Capilla y en 2007 se inauguró el retablo reconstruido siguiendo el modelo original de estilo barroco.